Título

LA VIOLENCIA, UN HUÉSPED DEL ARTE

Autor

ANEL JIMENEZ CRUZ

Nivel de Acceso

Acceso Abierto

Resumen o descripción

La búsqueda de la belleza en el arte fue una encomienda que perduró varios siglos en el tintero de los creadores. Los actos bélicos también contaban con un lugar privilegiado entre los temas recurrentes de los artistas del pasado, sobre todo cuando la manera de hablar de la muerte era por medio de batallas religiosas, míticas o políticas. Las imágenes de los heroicos vencedores eran un redituable medio de difusión masivo del poderío de mecenas en turno, líderes de la iglesia o de gobernantes. Las batallas épicas que eran en un principio generadas en la imaginación de los autores y con las reglas heredadas al pintor por medio de la palabra o las imágenes creadas por sus antecesores33. En una época más cercana, en el siglo XIX, nos encontramos con un personaje que le dio un giro decisivo a la historia de las imágenes provenientes de los conflictos belicosos, me refiero a Francisco de Goya. Este revelador pintor y grabador español que con su serie Los desastres de la guerra se propone lograr que la obra del artista sea un vehículo que denuncie la barbarie generada en la guerra en turno. Esta trascendental intención fue materializada con una serie de 83 grabados magistrales que dan fe de las consecuencias que sufrió el pueblo civil español como insurrectos oprimidos en busca de la independencia frente al dominio napoleónico34. Una característica puntual en dicha serie es la ausencia de tintes heroicos que sus antecesores acostumbraban anteponer ante las imágenes de guerra. Goya logró mostrar una realidad, cruda y desgarradora, sin vencedores, vacía de esperanza y de moraleja, características que nos acompañan hasta el día de hoy en nuestro imaginario mediático.

La búsqueda de la belleza en el arte fue una encomienda que perduró varios siglos en el tintero de los creadores. Los actos bélicos también contaban con un lugar privilegiado entre los temas recurrentes de los artistas del pasado, sobre todo cuando la manera de hablar de la muerte era por medio de batallas religiosas, míticas o políticas. Las imágenes de los heroicos vencedores eran un redituable medio de difusión masivo del poderío de mecenas en turno, líderes de la iglesia o de gobernantes. Las batallas épicas que eran en un principio generadas en la imaginación de los autores y con las reglas heredadas al pintor por medio de la palabra o las imágenes creadas por sus antecesores33. En una época más cercana, en el siglo XIX, nos encontramos con un personaje que le dio un giro decisivo a la historia de las imágenes provenientes de los conflictos belicosos, me refiero a Francisco de Goya. Este revelador pintor y grabador español que con su serie Los desastres de la guerra se propone lograr que la obra del artista sea un vehículo que denuncie la barbarie generada en la guerra en turno. Esta trascendental intención fue materializada con una serie de 83 grabados magistrales que dan fe de las consecuencias que sufrió el pueblo civil español como insurrectos oprimidos en busca de la independencia frente al dominio napoleónico34. Una característica puntual en dicha serie es la ausencia de tintes heroicos que sus antecesores acostumbraban anteponer ante las imágenes de guerra. Goya logró mostrar una realidad, cruda y desgarradora, sin vencedores, vacía de esperanza y de moraleja, características que nos acompañan hasta el día de hoy en nuestro imaginario mediático.

Acalán Revista de la Universidad Autónoma del Carmen

Fecha de publicación

1 de septiembre de 2012

Tipo de publicación

Artículo

Formato

application/pdf

Idioma

Español

Audiencia

Público en general

Sugerencia de citación

Jiménez Cruz, A. (2012). LA VIOLENCIA, UN HUÉSPED DEL ARTE. Acalán Revista de la Universidad Autónoma del Carmen. pp.1-2. Septiembre-Octubre, 2012 No.79,ISSN: 1405-9401

Repositorio Orígen

Repositorio Institucional de Ciencia Abierta - Runacar

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